Hoy me dijeron que debía derramar mi corazón ante Dios... Pero no me dijeron de que forma.
Tal vez el ser nada sirva de algo, quizá esas lágrimas que surcan mis mejillas valgan un poco para que todo en mi vida se acomode al fin.
Cuesta tanto el amor...
Y no me refiero a ese amor carnal hombre-mujer, no. Hablo de aquel que cuesta y mucho en este momento... el amor propio; ése que me doy a cada instante y que ahora simplemente no está.
Tal vez se lo ha llevado esa sombra invernal que hoy me ha cubierto con su manto, esas palabras que martillean en mi cabeza, en mi corazón.
Quizá sea sólo stress, quizá sólo un mal rato... No sé. Tal vez es que nada en mi vida ha tomado toda vía su lugar y aún hay que caer más hondo para poder levantarse.
Pero... ¿Aún más qué tanto? ¿Qué falta hacer? ¿Qué falta por aprender? Qué más tengo que dar que no haya dado ya?
No lo sé. Y ojalá llegue la respuesta pronto, porque nada ni nadie me sostiene ahora y sólo veo ese abismo al que le tengo tanto miedo.
Malu Ramirez (@le_moire_)
No hay comentarios:
Publicar un comentario