miércoles, 21 de octubre de 2015

Íncubus


Íncubo...

Sí. Así te llamo hoy, porque como un aquel llegaste a mi vida absorbiendo de mi lo mejor. De mis días hiciste noche, desvelo, muerte lenta poseyendo en cuerpo y alma mi ser.

En el recóndito de mi memoria tu sonrisa de satisfacción aún adormece mi existir, etéreo el recuerdo de tus labios; desangrante dolor que ahora tus brazos propinan en mi piel de solo recordarles...

Íncubo, sí; eso eres...

Demonio-dios del sexo que llega a satisfacer sus deseos con almas que se dan a ti sin pensar, sin saber, enajenadas por la galantería cobarde que desprendes, usando la tristeza y el dolor de la muerte a juego y como veneno tu mente poderosa.

Íncubo que convierte aquello que toca en esclavo de sus deseos.

Si, ya no eres humano, tal vez nunca lo fuiste...

Hoy, hoy  sólo eres un demonio en busca satisfacción sin ser satisfecho jamás... Alma perdida que va de cuerpo en cuerpo, de corazón en corazón absorbiendo vidas que no llenan y huyendo del amor y su realidad.

Sí... hoy sólo eres un Íncubus que vuelve Súcubus  a quien toca.

Malu Ramírez


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